[Capitulo 02] DREAMS

14:29 *Mony-san* 0 Comments



Hoy únicamente tendría una junta de trabajo, que iniciaba tarde y acababa temprano. Había estado buscando la ropa desde el día anterior, y no había querido cenar porque el hambre había desaparecido, justo ahora mismo únicamente estaba tomando un vaso de jugo y un pan tostado con mermelada. Caminaba de la cocina a su recamara, ajustando una corbata y comiendo un pedazo de pan.

Estaba nervioso, ¡por supuesto que lo estaba! Quería verse bien y por lo menos impresionar a la otra persona causante del porque estaba frente a un espejo revisando que la camisa blanca no tuviese ninguna arruga y que sus zapatos estuvieran perfectamente limpios. Tomo su cartera, las llaves y de un solo trago termino con el jugo saliendo rápidamente hacia su coche.

— Aún es temprano — se dijo a sí mismo — Puedo caminar, pero debo llegar presentable, maldición —

Por supuesto, no caminaría hasta la empresa llevando un traje perfectamente reluciente. Entro a su carro y se dispuso a ir inmediatamente.

Al bajar del vehículo después de estacionarlo, noto que le esperaban fuera, así que con un chasquido bajo, saludo y comenzó a caminar sin siquiera poner atención a todas las personas que pasaban a su lado e incluso ignoraba las reverencias que hacían los trabajadores.

— Entonces señores, una vez firmado los papeles quedara todo completamente arreglado, únicamente es necesario que la próxima semana estén nuevamente aquí para poder comenzar con el proyecto. — el hombre junto él, le dio una carpeta que al ser firmada, rápidamente se puso de pie y acomodo su saco. — Es todo, con su permiso. —

Deja la sala con un suspiro.

— Señor Shiroyama hoy tiene una cita con el jefe de…

— Cancela todas las citas de hoy, agéndalas para mañana. — interrumpió. —Tengo un asunto personal así que me retiro, tienes mi número. —

Aoi comenzó a caminar dejando a su secretario quien rápidamente al abrir su agenda comenzó con sus llamadas, sonrió. Estaba tan nervioso cuando llegaba al estacionamiento, cuando manejaba despacio por las calles o cuando aparco el coche cerca del lugar donde iba a ver al castaño. Antes de bajar suspiro por última vez, se quitó el saco, la corbata y desabotono un poco su camisa.

Al entrar al lugar las miradas automáticamente se posaron sobre su cuerpo, pero no le importo. Camino despacio hasta encontrar un lugar vacío al fondo y tomo asiento. No tardo tanto para cuando una chica se acercó a tomar su orden.

— B-Buenas tardes… — dijo ella — ¿P-Puedo tomar su orden? —

— A decir verdad, yo…

— Mizaki, es mi invitado, yo le atiendo. —

Aoi trago saliva al escuchar la voz que de un momento a otro había aparecido. La chica asintió rápidamente dando una reverencia rápida retirándose del lugar. El castaño se sentó frente al otro provocando que este se hiciera un poco hacia atrás. Sonrió al notar eso, pues podía ver que estaba nervioso, y a decir verdad le agradaba que una persona se pusiera de esa manera por su presencia. Pero para él era algo extraño que una persona con mirada intimidante como la del pelinegro tuviera ese lado tan lindo.

— Realmente pensé que no vendría — dijo el castaño — Soy demasiado descortés, le he estado mirando e incluso estamos hablando y no sé cómo debería llamarlo. —

— Ah, bueno… — Aoi tosió un poco tomando fuerzas para tranquilizarse, pues el castaño estaba con una sonrisa resplandeciente — Yuu, Shiroyama Yuu — y por instinto extendió su mano recibiendo la del otro — ¿Eres? —

— Oh si. — rio un poco — Takashima Kouyou, es un placer poder hablar con usted —

— Aoi…

— ¿Hum?

— Llámame Aoi, nadie me habla por mi nombre más que en mi trabajo — Kouyou asintió despacio sin despegarle la mirada — Quita los honoríficos y háblame de tu. —
—  Esta muy bien. En ese caso dime Uruha, así estaremos igual.

Aoi sonrió observando como el castaño se levantaba de la mesa lentamente diciéndole que le permitiera invitarle la comida sin mostrarle el menú. Y a pesar de que nunca aceptaba eso, accedió. Uruha salió disparado a la cocina regresando tan solo diez minutos después no sin antes mandar a alguien con una bebida para que no se impacientara. Aoi se sorprendió un poco al ver como el otro regresaba con dos platos y como alguien más le seguía por detrás con un poco más de comida.

— ¿Me acompañarías a comer? — dijo el castaño.

— Por supuesto.




Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: