[Capitulo 03] DREAMS

12:04 *Mony-san* 0 Comments



Uruha había entrado rápidamente a la cocina. Esta no era espaciosa, a decir verdad para el castaño era demasiado pequeña a comparación de la cocina de su restaurant. Tenía todo preparado desde ayer, bueno, por lo menos las recetas simples las había entregado al chef desde el día anterior y se había asegurado de que no faltara ningún ingrediente.

Llamo a uno de los meseros pidiendo que llevara un poco de agua fresca a la mesa donde se sentaría, y que fuera arreglando lo mejor posible el espacio con pequeños detalles.

— Kouyou, es solo una comida. — Dijo su chef — Si querías hacerme hacer algo tan llamativo hubieses esperado para la cena. —

— Por favor, incluso no sé cómo es que acepto… — negó rápidamente arreglando los platos mientras servía — Era imposible que le invitara a cenar. —

— ¿Estas nervioso?

— No lo estoy.

¿No lo estaba? Claro que sí, sus manos le delataban. Había dejado caer las cucharas por lo menos dos veces, había revisado que las limpias estuvieran relucientes. Diez minutos habían bastado para que regresara a la mesa no sin antes suspirar para tranquilizarse.

—Perdón por la tardanza — dejo los platos sobre la mesa tomando asiento — Quería prepara algo mejor pero no sabía si realmente vendrías. — sonrió apenado.

— Lo siento, pero incluso no sé cómo es que estoy aquí. — ambos rieron despacio.

— Comamos antes de que se enfrié. — El pelinegro sentía como la mirada del otro se clavaba con insistencia — Adelante. —

Aoi accedió rápidamente. Tal vez no se notara pero al no haber cenado el día anterior y simplemente haber probado siquiera un pan tostado por la mañana eran signos de que tenía un poco de hambre. Uruha seguía sus movimientos muy de cerca, estaba maravillado por los modales que el pelinegro tenía en la mesa. Comía despacio, sin ninguna prisa, tomaba la servilleta con demasiada cautela y de vez en cuando sus miradas chocaban para regalarse una sonrisa. El castaño estaba contento porque a pesar del silencio del otro no lo sentía para nada incómodo.

— La comida es demasiado buena.

— Me alegro que te guste. — Comento con felicidad — Estuve pensando que podía hacer para una comida como esta, yo, bueno… — comenzó a buscar palabras rápidamente dentro su cabeza para no incomodar al otro — Hace poco tenía pensado decirle a mi padre que la metiera en el menú, pero espere antes a dejarla en un momento especial — sonrió con nervio — No estoy tratando de decir que esto sea especial — negó rápidamente con la cabeza — ¡Bueno si pero…! —

Aoi noto que el otro empezaba a hiperventilar y eso le causo algo de gracia, entendía muy bien lo que decía el otro, por supuesto que lo entendía por todo el nerviosismo y la cara roja que tenía el castaño. No iba a negar que le había gustado que las cosas terminaran así.

— Muchas gracias — sonrió al notar la ahora confusión del otro — De verdad que la comida estuvo muy buena. — Aoi dejo de lado un poco los cubiertos — En realidad vivo solo y por el trabajo no puedo hacer un desayuno decente. ¿Podría venir de vez en cuando a desayunar aquí? Por supuesto, yo pagaría por mi comi… —

— ¡Claro que si!

Las mejillas de Uruha se había coloreado una vez más en un rosado ligero al darse cuenta que el otro reía por cómo había reaccionado. Pero en realidad estaba contento, pues si el pelinegro venia más seguido, estaba la posibilidad de hacerse más cercanos, y había posibilidad de conocerle mejor y poder ganárselo poco a poco.

Pero lo que Uruha no sabía, era que Aoi pensaba de la misma manera, pues este realmente tenia muchísimas ganas de conocerlo mucho mejor, demasiado, lograr que ambos llegara a un punto donde se les hiciera necesidad mirarse aunque fuera solo cinco segundos…






Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: